El fiscal de hierro
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Raúl Hernández Moreno
Con el título de “El fiscal de hierro”, Javier Coello Trejo acaba de publicar sus memorias, en las que narra su paso en el sector público, desde que inició como agente del Ministerio Público en Chiapas, cuando cursaba el segundo año de la carrera de derecho, hasta su llegada como Subprocurador responsable del combate al narcotráfico con Carlos Salinas de Gortari.
Es un tomito pequeño de 120 páginas, cargado de anécdotas y juicios en los que al autor no le importa nadar contra corriente y abiertamente defiende sus puntos de vista, sin importar que choquen con las versiones oficiales.
Así sostiene que Jesús Piedra Ibarra mató a Eugenio Garza Sada cuando se negociaba con el gobierno su liberación, pese a que en todas las versiones muere durante el enfrentamiento con su captores.
De paso asegura que Piedra murió en un enfrentamiento con policías y eso lo sabe su madre, Rosario Ibarra.
Dice Coello Trejo que no hay desaparecidos de la “guerra sucia”, porque cuando un guerrillero moría sus compañeros se llevaban los cuerpos.
También da detalles del operativo de captura de Joaquín Hernández Galicia y que el fiscal Zamora Rioja murió cuando ingenuamente se acercó a la puerta de la casa del líder petrolero y sacó su credencial para informar que se trataba de un operativo oficial y en ese momento le dispararon desde adentro de la vivienda.
Niega que se haya usado una bazuca para derribar la casa, donde había más de 100 personas y aunque mataron al fiscal, ya nadie le hizo de pleito. La versión más difundida es que a Rioja lo mataron en otra parte y el cuerpo lo llevaron a casa de la Quina para acumularle delitos.
En fin, el libro de Coello Trejo es una lectura muy interesante porque habla de que en el combarte a la corrupción en el gobierno, era complicado tener encerrados mucho tiempo a los funcionarios y a veces el castigo se concretaba a hacerles devolver lo robado, el llamado vómito negro. No se podía hacer más, porque desde las más altas esferas de gobierno se les protegía.
A Coello Trejo el presidente José López Portillo lo bautizó como el Fiscal de Hierro, por su dureza.
Aquí en el norte, habrá quien confunda el sobrenombre con el abogado Salvador del Toro Rosales quien a mediados de la década de los setentas del siglo pasado fue enviado a Nuevo Laredo con el objetivo de acabar con la familia Reyes Pruneda y lo logró.
La prensa local lo bautizó como el Fiscal de Hierro.
Coello Trejo tenía en Nuevo Laredo un primo. Alejandro Domínguez Coello, que trabajo en la Subprocuraduría y se llevó a Moctezuma Rodríguez Meza.
Con Coello también colaboró el desaparecido comandante de la Judicial Federal Luis Soto Silva que fue jefe de la policía municipal en Nuevo Laredo en el trienio de Jesús Cárdenas Duarte.
Domínguez Coello fue designado jefe de la policía municipal en el trienio de Daniel Peña, con tan mala suerte que fue asesinado varias horas después de su nombramiento.