Tremendo ridículo está haciendo la diputada Imelda Sanmiguel con su pleito con Armando Zertuche.
Imelda sigue en lo suyo
-Es show, como diría Chava
-Santos Francisco se dedica a trabajar
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Raúl Hernández Moreno
Tremendo ridículo está haciendo la diputada Imelda Sanmiguel con su pleito con Armando Zertuche.
Como parte del show, decidió presentar una denuncia por presunta violencia de género ante la Fiscalía General de Tamaulipas. Se siente protegida porque ella e Irving Barrios Mojica son del mismo equipo, pero nada podrán hacerle a Zertuche porque el fuero lo protege y lo aleja de los tribunales judiciales, mientras se mantenga en su cargo. Salvo que Imelda quiera hacer gala de su poder desmedido y pretenda fincarle un juicio político para desaforarlo.
Haría bien Zertuche en contra demandar a Imelda, pero no ante la Fiscalía de Tamaulipas, que está al servicio del PAN, sino ante el FGR y la Unidad de Inteligencia Financiera, organismos que escapan al dominio del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Ahí sí sería un juicio imparcial.
A Imelda la condena el video donde actúa con soberbia, prepotencia y con violencia de género en contra de Zertuche. Ser mujer y diputada no le da derecho a ser grosera. Si eso hace con el Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, ¿qué no hará con un ciudadano común? Serénese diputada. Mientras más alto se llega, más duelen las caídas.
En medio de todo este show, el Congreso hecho abajo el veto del gobernador mediante el cual este se opuso al acuerdo de Morena para aplazar el replaqueo hasta el 2024. La votación fue de 18 contra 17 del PAN-PRI.
El Congreso determinó que el veto no aplica, porque el gobernador no fundamento las razones del mismo.
Isidro Vargas, presidente de la Comisión de Hacienda destacó que al no estar fundamentado, el veto se desecha y no procede la venta de placas.
Ahora bien la bancada del PAN y el PRI anunciaron que recurrirán a otras instancias legales para insistir en que se paguen las placas. Si tanto les interesa, sería bueno que militantes y simpatizantes del PAN y PRI paguen las placas, y de ser posible agreguen un donativo voluntario. Así demostrarían que su idea de ayudar al fisco estatal es en serio y no las ganas de jorobar.
Y mientras tanto, hay incertidumbre entre los ciudadanos cumplidos. No saben si pagar o no las placas. ¿A quién creerle? ¿A los cobrones del PAN, o a los buenazos de Morena? En el primer caso están El Moyo García e Imelda Sanmiguel y en el segundo Gabriela Regalado.
Esto nos recuerda, que el año pasado se contemplaba que Santos Francisco fuese el candidato de Morena a diputado local por el distrito 1, pero al final se optó por Gabriela Regalado que hizo polvo en las urnas a Enrique Rivas. Y eso que hubo quienes vaticinaron que el ex alcalde ganaba sin hacer campaña.
A Santos Francisco se le envió como candidato a regidor en el número 7 de la lista de regidores y en campaña se distinguió por el gran trabajo de proselitismo en el territorio y el día de la elección cuidó muy bien cada una de las casillas que se le encargó vigilar. Gracias a esa vigilancia se evitó el robo de votos.
Ya como edil es uno de los que más trabaja en el territorio. No se limita acompañar a la presidenta municipal en los eventos que realiza, como hacen algunos, También tiene mucho trabajo de gestoría, realiza brigadas, atiende peticiones lo mismo de una silla de ruedas, que tapar un bache o apoyar con medicamentos a un paciente.
En la Comisión de Cultura promueve todo tipo de acciones en favor de los neolaredenses, que ayuden a ampliar y mejorar la cultura.
Paralelamente, sigue al frente del Sindicato Nacional de Infraestructura desde donde protege los derechos de los trabajadores en general, pero en especial de las maquiladoras, que han encontrado en el sindicato una mano amiga.
Santos Francisco es un pan de dulce, siempre dispuesto a ayudar a quienes se le acercan a solicitarle una atención, una asesoría, que los escuche.
Por supuesto, nadie es monedita de oro para caerle bien a todo el mundo, pero los que no lo aprecian ni le reconocen méritos, son minoría. El no pierde el apetito por estas opiniones y sigue en lo suyo: trabajar y trabajar.