Con campaña de respuestas banales, alejadas totalmente de la realidad social, así responde la candidata neopanista Yahleel Abdala Carmona al déficit de infraestructura de cientos de miles de familias que subsisten apiñadas en la marginación, abandono y olvido en el submundo del otro Nuevo Laredo donde la postulante del oprobio y la mentira, sesga su torva mirada.
DISPARATES DE CAMPAÑA FALLIDA
PAN Y YAHLEEL EN LA HORCA
T I N T E R OFrancisco Pucheta González
Con campaña de respuestas banales, alejadas totalmente de la realidad social, así responde la candidata neopanista Yahleel Abdala Carmona al déficit de infraestructura de cientos de miles de familias que subsisten apiñadas en la marginación, abandono y olvido en el submundo del otro Nuevo Laredo donde la postulante del oprobio y la mentira, sesga su torva mirada.
Para ella la promoción del circo mediático como el de
“Pónle nombre al bochito”, prometer, arreglar el mundo y diluir su sarta de sandeces en retóricas gastadas y falta de sustancias, son más importantes que el estatus de las familias que piden a gritos seguridad, transporte, alumbrado público, solución a los escurrideros de agua y drenaje que inundan las calles sin pavimentar por donde el colectivo no puede transitar.
En un derroche insultante de dinero que valdría la pena investigar su procedencia, la traidora chapulina se promueve como la peor oferta de la clase política local, inmersa en un partido embarrado en la escandalosa corrupción de 5 años de gobierno que dispuso de recursos por más de 15 mil millones de pesos y cuyo destino se desconoce.
Así, mientras la neopanista Yahleel promueve su frivolidad y restriega su burla en la cara del pueblo, también como parte de su singularidad dispendiosa, clasista y de horrendo desplante indiferente, promueve las llamadas caravanas pero biker montados en Hardley Davidson y otras suertes cirqueras que repudia la comunidad porque es obvio que no remedian el lastre de ciudad que entrega el panismo en un lustro de sostener a un anodino con investidura de presidente municipal como lo fue Enrique Rivas Cuéllar.
La desfachatez, arrogancia, cinismo, hipocresía e insulto de la señora Abdala Carmona de volver a prometer lo que nunca cumplió como regidora priista, el programa de educación para adultos ni de diputada federal o local, solo nos lleva a repensar con equilibrada calidad mentativa, que la reciclada politiquera tuca no le conviene bajo ninguna circunstancia al bendito pueblo de Nuevo Laredo, harto de tantos desaires de ladrones como Enrique Rivas y Francisco García Cabeza de Vaca que llegaron también atraídos por el influjo de la riqueza patrimonial que pertenece a los que viven y conviven aquí.
De ella y ellos (Yahleel, Rivas Cuéllar y Cabeza de Vaca), están asqueados los vecinos de las colonias. “En vez de tapar baches, solo han venido a exhibir sus impudicias”. Dicen.
Nunca creyeron en ellos.
Anexo la sería de fotografías de la campaña “Pónle nombre al bochito”, que ridículamente promueve en Nuevo Laredo la candidata del PAN, Yahleel Abdala Carmona, en vez de tapar los baches y escurrideros de agua y miasmas que invaden la periferia de la ciudad.